5 preguntas que deberías hacerte antes de empezar a cuidar tu piel según tu etapa

El cuidado de la piel cada vez interesa más. Nos metemos en TikTok y salen cientos de vídeos hablando de rutinas, ingredientes “milagro” y consejos virales. Llega el verano y los medios se llenan de titulares sobre qué hacer y qué evitar bajo el sol. Pero con tanta información, muchas veces se olvida algo esencial: la piel no es igual a los 20 que a los 40. Y por tanto, no deberías tratarla igual.

Lo que funciona a una edad, puede ser insuficiente, o incluso contraproducente en otra.

El cuidado de la piel no puede ser genérico. Porque cada etapa tiene sus propias necesidades, cambios y también sus oportunidades para actuar a tiempo.

Así que antes de comprar esa crema “que le funciona a todo el mundo” o reservar un tratamiento solo porque está de moda, hazte estas cinco preguntas.

  • ¿Estoy usando los productos que mi piel realmente necesita… o sigo con los mismos desde los 20?
  • ¿Qué ha cambiado en mi piel en los últimos años?
  • ¿Cómo puedo prevenir el envejecimiento antes de que se note?
  • ¿Qué tratamientos médicos son los más adecuados para mi edad?
  • ¿Puedo mejorar mi piel sin perder naturalidad ni caer en el “efecto filtro”?

No solo te ayudarán a entender mejor tu piel, sino también a elegir con criterio, sin perder tiempo, dinero ni resultados.

1. ¿Estoy usando los productos que mi piel realmente necesita… o sigo con los mismos desde los 20?

Es muy común seguir usando la misma crema que nos iba bien a los 25, incluso diez años después. Pero tu piel no es la misma. A partir de los 30, el metabolismo celular se ralentiza, el colágeno empieza a disminuir y la capacidad de retener agua cambia. Y eso exige un reajuste, aunque la piel “aparentemente” esté bien.

¿Qué deberías revisar?

  • Si tu hidratante solo aporta agua, pero no tiene activos como ceramidas, niacinamida o ácido hialurónico, probablemente no sea suficiente.

  • Si llevas años usando exfoliantes físicos (los de “gránulo”), es hora de pasarte a peelings suaves con ácido mandélico o glicólico.

  • Si nunca has incorporado antioxidantes como la vitamina C, estás perdiendo una oportunidad clave de protegerte del envejecimiento ambiental.

👉 Hazlo simple: una limpieza suave, un antioxidante por la mañana, un buen protector solar, y una crema con activos regeneradores por la noche. Luego sí, ajusta según tu etapa.

2. ¿Qué ha cambiado en mi piel en los últimos años?

Esta es una pregunta que muy pocas personas se hacen con honestidad. Porque a veces, no vemos los cambios en el espejo… hasta que comparamos una foto antigua o alguien nos lo menciona. Pero la piel deja pistas.

Señales que tu piel te lanza:

  • Pierdes luminosidad: la piel se ve más apagada o con tono irregular.
  • Aparecen líneas finas o arrugas cuando sonríes o frunces el ceño.
  • El contorno del rostro pierde definición.
  • Notas más deshidratación, incluso aplicando la misma crema de siempre.

¿Por qué importa identificar estos cambios?

Porque te permite actuar antes de que sean más profundos. Por ejemplo:

  • Si ya notas flacidez incipiente, los tratamientos bioestimuladores pueden activar el colágeno antes de que necesites un lifting.
  • Si empiezan a aparecer manchas, un tratamiento despigmentante médico evitará que se fijen.
  • Si ves más textura o poros marcados, un protocolo de microneedling puede equilibrar tu piel de forma progresiva.

3. ¿Cómo puedo prevenir el envejecimiento antes de que se note?

La prevención no es solo “usar protector solar” (aunque, si no lo haces, estás perdiendo el 90% de la batalla).

Prevenir el envejecimiento es acompañar a la piel en cada etapa, sin buscar transformarla, sino mantener su estructura, hidratación y firmeza.

¿Qué se puede hacer según tu edad?

🟢 A los 20s:

  • Limpiezas periódicas y protección solar.
  • Peelings suaves si hay marcas o textura irregular.
  • Cuidado del contorno de ojos desde temprano.

🟠 A los 30s:

  • Introducir tratamientos que estimulen colágeno como el microneedling o el PRP.
  • Retinol en dosis controladas por la noche.
  • Vitamina C antioxidante por la mañana.

🔵 A los 40s y más:

  • Comenzar con neuromoduladores para suavizar arrugas dinámicas.
  • Reposición de volumen con ácido hialurónico estructurado.
  • Láser o peelings médicos para mejorar la textura y estimular la dermis.

Aquí no se trata de frenar el tiempo. Se trata de envejecer bien.

4. ¿Qué tratamientos médicos son los más adecuados a mi edad?

Hay mucha confusión en redes: tratamientos que se presentan como universales, sin tener en cuenta que no todos los procedimientos son para todo el mundo. En consulta, analizamos cada caso, pero hay una lógica básica por etapas:

📌 En los 20s – Prevención y mantenimiento

  • Limpiezas profundas, peelings superficiales, protección solar.
  • Menos es más. Aquí ganamos tiempo.

📌 En los 30s – Estimulación y corrección temprana

  • Empiezan los primeros signos de envejecimiento.
  • Microneedling, PRP, peelings medios.
  • Introducir retinoides y antioxidantes en la rutina diaria.

📌 En los 40s – Reposición y estructura

  • Se pierden volumen, firmeza y definición.
  • Ácido hialurónico para restaurar contornos.
  • Neuromoduladores y láser fraccionado.
  • Se empieza a trabajar la arquitectura facial, no solo la superficie.

📌 En los 50s – Reparación y soporte

  • Combinación de técnicas: factores autólogos, hilos, rellenos, láseres.
  • Tratamientos menos agresivos, pero constantes.
  • El objetivo no es rejuvenecer 20 años, sino proyectar una imagen descansada y vital.

Clave del Dr. Hijano: «no se trata de parecer otra persona. Se trata de recuperar tu versión más saludable y armónica.»

5. ¿Puedo mejorar mi piel sin perder naturalidad ni caer en el “efecto filtro”?

Sí. Y de hecho, ese es el objetivo de todo tratamiento bien hecho.

El problema no está en los productos ni en las técnicas, sino en el mal uso o abuso de ellos.

Los resultados naturales se consiguen cuando se respeta:

  • La anatomía facial de cada persona.
  • El equilibrio entre lo que corregimos y lo que dejamos intacto.
  • Las proporciones reales del rostro.

Cuando un tratamiento está bien indicado, nadie pregunta “¿qué te has hecho?”, pero todos notan que “estás mejor”. Esa es la diferencia entre embellecer y transformar.

¿Se puede conseguir ese resultado con medicina estética? Sí. Pero con criterio, formación y mesura.

Tu piel merece atención… pero también estrategia

Cuidar la piel no es seguir modas. Es conocerte, entender lo que tu rostro necesita y actuar con sentido.

La medicina estética no debería girar en torno a borrar arrugas, sino a reforzar lo que ya tienes, prevenir lo que viene y mantener tu belleza real a lo largo del tiempo.

En resumen, todo empieza con una pregunta. O mejor dicho, con cinco.

 

Reserva tu consulta y diseñaremos el protocolo más adecuado para ti.

Dr. Hijano Mir – Cirujano Plástico en Málaga

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