¿Evitas camisetas sin mangas? ¿Te incomoda la flacidez en los brazos? ¿Te gustaría lucirlos con seguridad este verano, pero la piel colgante te frena?
Si te reconoces en alguna de estas preguntas, no estás sola. La zona de los brazos es una de las que más preocupa a muchos pacientes, especialmente con el paso del tiempo, tras pérdidas de peso o cambios hormonales. Y aunque el ejercicio ayuda, hay casos en los que solo una cirugía como la braquioplastia puede dar una solución real y duradera.
En este artículo descubrirás qué es exactamente esta intervención, cómo se realiza y por qué cada vez más personas eligen dar este paso para recuperar la firmeza de sus brazos… y de su autoestima.

¿Qué es la braquioplastia?
La braquioplastia, también conocida como lifting de brazos, es una cirugía que elimina el exceso de piel y grasa acumulada en la cara interna de los brazos. Su objetivo no es solo estético, sino también funcional: mejora la movilidad, reduce molestias por roce y permite al paciente recuperar la confianza a la hora de vestir.
En consulta lo vemos muy a menudo: personas que cuidan su alimentación, que hacen deporte, pero que no consiguen tonificar los brazos por culpa de la flacidez o de una piel descolgada que no responde a ningún tratamiento no invasivo.
¿Quién es buen candidato para esta cirugía?
La braquioplastia está indicada para personas que:
✅ Han perdido mucho peso y tienen piel sobrante.
✅ Tienen flacidez severa en la zona de los brazos.
✅ Buscan una solución definitiva tras probar otros tratamientos sin éxito.
✅ Desean mejorar el contorno del brazo de forma armónica y proporcional.
¡Importante! No se trata de una cirugía para perder peso, sino de una técnica para mejorar el aspecto de la piel cuando ha perdido elasticidad.
¿Cómo se realiza la braquioplastia?
Cada paciente es diferente. Por eso, el Dr. Hijano valora en consulta tu caso de forma personalizada, teniendo en cuenta tus expectativas, la cantidad de piel sobrante y la calidad del tejido.
El procedimiento suele durar entre 1,5 y 2 horas y se realiza con anestesia general. Dependiendo del caso, puede combinarse con una lipoescultura para optimizar el resultado.
Existen dos tipos principales de técnica:
- Braquioplastia limitada: incisión discreta en la axila para casos leves.
- Braquioplastia completa: incisión desde la axila hasta el codo, colocada en la cara interna del brazo para disimular la cicatriz.
El objetivo siempre es lograr un resultado natural y proporcionado, cuidando al máximo el diseño de la cicatriz y la armonía del brazo con el resto del cuerpo.

Resultados visibles, confianza renovada
Lo que más destacan los pacientes tras una braquioplastia es que recuperan el placer de vestir sin miedo. Poder llevar manga corta, levantar los brazos, ir a la playa o usar tirantes sin preocuparse de cubrirse… cambia por completo la relación con su imagen corporal.
- Los resultados son visibles desde las primeras semanas, pero mejoran progresivamente durante los 3-6 meses siguientes, a medida que la inflamación baja y la piel se adapta.
- La cicatriz, al estar bien colocada y recibir cuidados adecuados, suele ser muy bien tolerada, sobre todo si se compara con la mejora estética y funcional conseguida.
¿Cómo es el postoperatorio?
La recuperación es más llevadera de lo que imaginas. Te contamos los puntos clave:
- 1 día de reposo relativo y una semana de reposo leve
- Uso de manga compresiva entre 2 y 4 semanas
- Vuelta al trabajo en 4-7 días (si no es físico)
- Ejercicio físico a partir de la 4ª semana, de forma progresiva
El Dr. Hijano te acompaña en cada fase, con revisiones periódicas y pautas claras para que la recuperación sea segura y tranquila.

¿Por qué elegir al Dr. Hijano para tu braquioplastia?
En cirugía plástica, no todo es técnica. También es importante:
- Escuchar.
- Entender tus motivaciones reales.
- Valorar de forma honesta lo que puede y no puede conseguirse.
- Diseñar un plan a tu medida, sin prisas ni presiones.
El Dr. Hijano combina experiencia quirúrgica, enfoque natural y acompañamiento cercano, para que te sientas segura desde la primera consulta hasta el resultado final.
Además, trabaja en una clínica segura, con todas las garantías médicas y un equipo experto en cirugía corporal.
Mitos comunes sobre la braquioplastia
“¿La cicatriz es muy visible?”
Depende del caso, pero siempre se ubica en la parte interna del brazo. Con el tiempo y los cuidados adecuados, tiende a difuminarse bastante.
“¿La piel vuelve a descolgarse?”
Si hay estabilidad de peso y cuidados básicos, el resultado es muy duradero. No es común que vuelva a descolgarse.
“¿Es dolorosa?”
No. Puede haber molestias los primeros días, pero se controlan bien con medicación pautada. Muchos pacientes la describen como “molesta, pero llevadera”.
“¿Puedo operarme en verano?”
Sí, siempre que se respeten las indicaciones postoperatorias: usar prenda compresiva, evitar el sol directo y seguir revisiones.
¿Y si solo tengo un poco de flacidez?
Si tu caso es leve, puede que no necesites una braquioplastia completa. En consulta evaluamos si bastaría con:
- Lipoláser para tensar la piel.
- Radiofrecuencia médica.
- Bioestimulación con factores autólogos.
Pero cuando la piel ha cedido en exceso, no hay tratamiento no invasivo que la recoja. Y en esos casos, la cirugía es el único camino realista.
¿Es ahora un buen momento para operarte?
Muchas personas aprovechan el final del invierno o el inicio de primavera para planificar esta intervención. Así, al llegar el verano, pueden disfrutar del resultado con tranquilidad, sin esconder sus brazos ni sentirse incómodas.
No se trata de cambiar quién eres, sino de reconciliarte con tu imagen y sentirte cómoda contigo misma.
En resumen: la braquioplastia es una cirugía que va más allá de lo estético. Elimina el exceso de piel en los brazos, mejora la movilidad, redefine el contorno y, sobre todo, te devuelve la seguridad para mostrarte tal como eres.
Recuerda: tu cuerpo no necesita ser perfecto, solo tiene que sentirse bien contigo.
Reserva tu consulta y diseñaremos el protocolo más adecuado para ti.
Dr. Hijano Mir – Cirujano Plástico en Málaga